Cortinas

…detrás de mi cortina algo sucede. No podría asegurar aún qué sucede, pero algo es.
Mi razonar de ciencias siempre ha sido objeto del respeto de todos y quizás por eso es que sólo hace un mes, luego de años nada más que un mes, que sospecho del movimiento espástico de esa cortina. Ésta, hoy mi recuerdo lo recuerda, guarda hace años ese inaprensible misterio que yo ignoraba o fingía ignorar. Éste, que mi razón presentó anulándose, es sin dudas mi desvelo incesante (quién crea que se duerme solo en sueños lo invito a café).
No existe el miedo en mí, no, para nada. Esta cortina puede encerrar algo macabro, pero mi avidez de inspeccionar se ha vuelto temeraria. Esté donde esté busco pistas, creo parámetros, calculo tiempos y distancias, encuentro relaciones…
Anteayer decidí, tras meditar largo tiempo, por primera vez contar esto. Mi querido confidente no pareció entusiasmarse con este descubrimiento por dilucidar, mas bien, pareció preocupado por mí: -¿Por qué no corre la cortina y se fija? Tranquilamente le expliqué que no tenía aún respuestas de que es lo que se escondía allí, que tal vez, alguien maligno me esperaba y que debía estar preparado para enfrentar a éste.
Ayer, sin muchas explicaciones, unos hombres (entre ellos mi confidente) me trajeron acá, lejos de mi cortina y su casa. En principio no entendí muy bien qué es lo que hacía en este lugar llamado “La posada de los abuelos”, pero como nunca fui hombre de casualidades decidí inspeccionar para encontrar la relación de este lugar y la inquietante cortina.
Luego de algunas horas de recorrido minucioso, observé que en el quinto piso frente a la habitación 203, apacible y extrañamente una cortina se movía. Como me dijeron que me acostumbre por que acá voy a vivir, aprovechar el tiempo examinando esto va a darme la respuesta para que cuando vuelva a enfrentarme a mi cortina, ya no haya misterio que descifrar…
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Robo no autorizado, jijijiji